Sí, hace mucho tiempo que no paso por aquí, tanto que ya no recuerdo...
La última vez que vine, estabas tú, apoyado en esa mesa, esperando. El ambiente era cálido e invitaba a entrar, fuera hacía frío. Sonreíste, siempre que me veías lo hacías y me contagiabas el gesto, era inevitable.
- ¿Qué quieres tomar?
- Un Tanqueray con tónica
- No es mal aperitivo...
- No, es excelente. Probablemente el mejor - y volví a sonreír con esa sonrisa torcida que tanta gracia te hace, a ti te tembló la ceja. Son nuestros tics.
- Cuéntame algo, anda...
- ¿Sabes que siempre hablas con puntos suspensivos al final de las frases? - y mientras te lo decía era consciente de que yo tenía tendencia a perderme en ellos y me gustaba. Me quedaba, efectivamente, “suspendida” en esos deliciosos puntos.
- Nunca me lo habían dicho, eres la primera...
- La primera... - ahora la que terminó con puntos suspensivos fui yo, sonreí de nuevo, sacudí la cabeza y cambié de tema, me convenía - Y ¿qué quieres que te cuente?
- Lo que tu quieras, sabes que me gusta escucharte, aunque leyeras la ley de propiedad horizontal... - arrancaste mi carcajada, reímos juntos. Me gustaba esa sensación por muy tonta que pareciera a ojos ajenos. Al fin y al cabo ¿qué nos importaba a nosotros?
Ahora recuerdo todo aquello y reconozco que me gusta. Y me doy cuenta de que realmente ha pasado mucho tiempo, tanto...
- ¿Qué quieres tomar?
- Un Tanqueray con tónica
- No es mal aperitivo...
- No, es excelente. Probablemente el mejor - y volví a sonreír con esa sonrisa torcida que tanta gracia te hace, a ti te tembló la ceja. Son nuestros tics.
- Cuéntame algo, anda...
- ¿Sabes que siempre hablas con puntos suspensivos al final de las frases? - y mientras te lo decía era consciente de que yo tenía tendencia a perderme en ellos y me gustaba. Me quedaba, efectivamente, “suspendida” en esos deliciosos puntos.
- Nunca me lo habían dicho, eres la primera...
- La primera... - ahora la que terminó con puntos suspensivos fui yo, sonreí de nuevo, sacudí la cabeza y cambié de tema, me convenía - Y ¿qué quieres que te cuente?
- Lo que tu quieras, sabes que me gusta escucharte, aunque leyeras la ley de propiedad horizontal... - arrancaste mi carcajada, reímos juntos. Me gustaba esa sensación por muy tonta que pareciera a ojos ajenos. Al fin y al cabo ¿qué nos importaba a nosotros?
Ahora recuerdo todo aquello y reconozco que me gusta. Y me doy cuenta de que realmente ha pasado mucho tiempo, tanto...
Y ahora regreso aquí, me has pedido que vuelva, seguramente para que te cuente algo.
Aquí me tienes, aquí mismo... Y ahora ¿qué quieres que te cuente?
.
Lo que sientas :)
ResponderEliminarDe acuerdo, pero todo, todo no :)
EliminarLo que te apetezca :)
ResponderEliminarLo haré! Gracias por pasarte por este rinconcito! :*
EliminarTodo. Lo que me das y lo que no...
ResponderEliminarComo siempre, entonces, no? :)
EliminarLo que salga de tu corazón.
ResponderEliminarLo haré :)
EliminarLo que nazca será bien recibido... ¡ya lo sabes!
ResponderEliminarMua